Galacho de la Alfranca

El Camino Natural de la Alfranca es una ruta muy asequible para hacer tranquilamente en familia, sin apenas desnivel alguno, y a la vez, perfecto para los amantes de la naturaleza. El recorrido se encuentra totalmente señalizado y con paneles explicativos en varios puntos de la ruta con los que podremos aprender muchas cosas relacionadas con su entorno. Durante ella también encontraremos algunos miradores para contemplar las orillas del río, así como varias áreas de descanso con fuentes y columpios para los niños. El plato fuerte del recorrido lo hallaremos al final de este con la visita al Centro de Interpretación de la Agricultura y el Regadío (CIAR), la Casa Palafox, el Convento de San Vicente de Paúl y un espectacular e innovador Jardín de Rocas, donde, a modo de juego de la oca, se pueden contemplar 230 tipos de rocas de varios puntos de la geografía aragonesa.

Comenzamos la ruta en el mismo Azud de Vadorrey como punto de referencia principal; a partir de aquí tendremos que seguir hacia el final del Paseo de Echegaray y Caballero para a continuación, enlazar con el camino de la Alfranca. Pasamos bajo el puente de Manuel Giménez Abad (puente del Tercer Cinturón) y continuamos rectos a través del Soto de Cantalobos. El primer tramo del camino discurre paralelo al río entre choperas a nuestra izquierda y campos de cultivo a nuestra derecha.

Seguimos pedaleando y tras unos 3,5 kilómetros pasaremos bajo el puente de la Z-40, más conocido como Cuarto Cinturón, en el que podremos observar fácilmente el cauce del río desde su orilla. Unos metros más adelante y después de subir un pequeño repecho en el camino nos topamos a nuestra izquierda con uno de los miradores que hay a lo largo del recorrido, en el que nos podremos subir y contemplar de nuevo el río Ebro.

Después de unos 7 kilómetros recorridos aproximadamente, nos encontraremos un camino a nuestra izquierda que se dirige al barrio rural de La Cartuja Baja, visible desde este punto. Lo obviaremos y seguiremos rectos para luego cruzar a la margen izquierda del Ebro a través de la pasarela del Bicentenario. Por si acaso y si las fuerzas nos flojean podremos hacer un alto en el camino junto a esta en el área de descanso de la Pasarela.

Después de cruzar por la pasarela giramos a la derecha y unos metros más adelante encontraremos una amplia chopera a nuestra izquierda y a nuestra derecha un galacho en avanzado estado de colmatación. El camino sigue avanzando y tras pasar junto a unas fincas particulares y a unos corrales de reses bravas llegamos a las cercanías del pueblo de Pastriz.

Alcanzamos al área de descanso de Pastriz y justo enfrente de las piscinas municipales tomaremos a la derecha un breve tramo de carretera (no muy frecuentada por vehículos aunque conviene estar atentos por si acaso). Unos metros antes de llegar al cruce que se dirige a las instalaciones de la Alfranca y después de una curva a la izquierda que dibuja la carretera, encontraremos un camino a nuestra derecha el cual cogeremos para dirigirnos al Soto del Rincón Falso. En este punto tomamos como referencia una acequia que cruza la carretera y que luego llevaremos paralela durante un pequeño tramo.

Seguimos avanzando por el camino, llevando el Jardín de Rocas a la izquierda, y no sin antes pasar por delante del cruce del sendero que nos llevará a la Balsa del Cascarro, en donde, si lo deseamos, podremos tomarlo y observar las diversas aves que habitan en el galacho desde el interior de una garita de observación.

Unos metros más adelante nos sale otro camino a la izquierda que nos lleva de nuevo al complejo de la Alfranca; esta vez lo ignoraremos y continuaremos rectos para dirigirnos al Soto del Rincón Falso. Para llegar a este lugar pasaremos justo al lado de un pinar, bordeando el galacho y después terminando por llevar el Ebro a nuestra derecha. En uno de los meandros que hace el río encontraremos un excelente mirador donde tendremos la ocasión de contemplar una estupenda panorámica del cauce.

Después de haber disfrutado de una de las mejores vistas de la excursión y a unos 500 metros del mirador giraremos a la derecha para adentrarnos en el Soto del Rincón Falso. Es fácil de encontrar ya que al principio del camino está indicado con un panel explicativo del sendero a seguir. Avanzamos por el y llegamos a un curioso “túnel de cañas” que forman los característicos cañizos de la zona. A partir de aquí, el camino se convierte en un sendero que se adentra entre la vegetación del propio soto, y que tal vez, en varias ocasiones, puede que nos obligue a desmontar de la bici debido a la estrechez en algunos puntos. No os preocupéis si en algún momento tenéis la sensación de que os habéis desorientado, sólo hay que seguir las balizas de madera con pintura roja en su punta que hay clavadas a lo largo del sendero.

Después de recorrer 1 kilómetro y 200 metros entre la espesura del soto salimos de nuevo al camino por el que discurríamos antes. Aquí viraremos a la derecha para continuar por el. Ignoramos primeramente un camino que nos sale a la izquierda y en el próximo cruce tomamos uno nuevo en el mismo sentido que el anterior para volver a las instalaciones de la Alfranca.

Seguimos adelante por el camino principal, ignorando otros que nos salen a los lados, y atravesaremos el mismo pinar que dejamos antes a un lado para llegar hasta el Soto del Rincón Falso. Después de enlazar con la misma pista por la que vinimos sólo nos queda hacer tres giros, uno a la derecha y dos a la izquierda, para concluir la ruta en el mismo Centro de Interpretación de la Alfranca, no sin antes, visitar todas las instalaciones del complejo citadas anteriormente, que verdaderamente, merecen la pena.

 

-Distancia: 22,6 km

-Desnivel: 44 m

-Duración aproximada: 2 h

-Nivel de dificultad: Fácil

 


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